El presente trabajo aborda la posible existencia de exclusión política en la ciudad de València. Para ello ponemos el foco en la intersección de condiciones ajenas a la simple manifestación de voluntad y que determinan la concentración de una menor participación electoral en personas o áreas concretas de la ciudad a lo largo de diferentes comicios municipales.

Como unidad de análisis escogemos la sección censal que permite extraer conclusiones más precisas que agrupaciones como el barrio, distrito o el conjunto del municipio. Nos valemos de la información estadística proporcionada por el estudio de áreas vulnerables publicado por el propio consistorio y relacionamos la no participación con los diferentes aspectos de vulnerabilidad para obtener evidencia sobre si la abstención es independiente o no de esta cuestión.

En este sentido una relación de causalidad fuerte entre vulnerabilidad y no participación podría apuntar la no voluntariedad, al menos en igualdad de condiciones respecto al conjunto, de la abstención, constituyendo argumentos a favor de la existencia de exclusión política. No enfocamos el trabajo en torno al deber de participar, sino sobre el pleno derecho a hacerlo, que colisionaría con la existencia de fronteras internas en la ciudad que determinan la diferencia entre abstencionistas voluntarios y aquellas personas sobre las que operan causalidades que condicionan ese comportamiento político.

Bajo estos resultados reflexionaremos sobre si se activa el deber de intervención de la administración pública para garantizar el derecho a la participación política. Ya que este derecho, constitucionalmente protegido, no puede limitarse al reconocimiento formal ni constituir un mandato vacío o general, sino que debe garantizar la representación de intereses y una agenda institucional que incorpore ópticas que, en la actualidad, pueden no aparecer representadas o hacerlo de una forma inferior a la que correspondería. Más si cabe cuando, en la actualidad, las tensiones a las que se ve sometido el derecho a la ciudad y los procedimientos de despliegue de una Nueva Agenda Urbana para el diseño de soluciones constituyen una transformación del espacio compartido y la vecindad.