Toda transición requiere un periodo adaptativo, además de cierta convivencia momentánea entre el sistema anterior y la nueva implantación. La coyuntura temporal en la que nos encontramos hoy en día, trata de realizar una transformación de un modelo energético basado principalmente en las energías fósiles, hacia uno con preponderancia de combustibles limpios. Numerosos factores como el cambio climático, la tecnología disponible o una mayor conciencia en cuanto los daños en reputación, son los que han forzado a Estados y empresas a tratar de reconvertir su producción y consumo energéticos.

En el presente trabajo buscaremos dar respuesta a la cuestión de si este cambio en el modelo implicará fluctuaciones dentro de las alianzas internacionales, específicamente entre los países vendedores de carburantes contaminantes del Golfo Pérsico y los principales Estados con los que poseen acuerdos en cuanto al suministro de combustibles fósiles.