En 2016 Evo Morales intentó, vía referendo, un cambio en la Constitución Política del Estado que le permita la reelección presidencial indefinida. El resultado favorable al No fue sorprendente, porque, en primer lugar, Morales había ganado en las elecciones de 2014 por el 61,36% de los votos y, segundo, poque el voto negativo  se había concentrado en dos departamentos con claras postura regionalistas como Santa Cruz y Potosí.

Una mirada a los resultados electorales entre 2005 y 2024 muestran evidencia de un clivaje centro periferia entre el oriente del país (Santa, Beni y Pando) y el occidente, que se expresó en todas las elecciones desde las presidenciales 2005,  donde el voto por un candidato “camba” o que expresaba una opción favorable a la demanda autonomista de los departamento orientales fue constante.

Pero lo que sorprende de los resultados del referendo de 2016 es el voto por la opción No de un departamento como Potosí que en el pasado había sido un bastion electoral del Movimiento al Socialismo (MAS). Si bien es evidente de que este viraje en el voto puede explicarse a partir de la desatención del gobierno central (Potosí es uno de los departamentos mas pobres de Bolivia) pensamos que también es plausible pensar que en esta región afloró un clivaje territorial que había permanecido oculto y debilitado por el clivaje izquierda derecha producto de la presencia determinante del proletariado minero (Flores 2022). En otra palabras, y siguiendo a Faguet (2022) es posible pensar que, desde 2016, los votantes de Potosí tuvieron al frente un nuevo eje de división política que fue claramente territorial y que superó al clivaje étnico.

Cabe mencionar que este voto regionalista en regiones como Santa Cruz y Potosi se mantuvo en las fallidas elecciones de 2019, y en las elecciones de 2020 donde volvió a vencer el MAS pero con Luis Arce como candidato.

La ponencia, entonces, tendrá una doble entrada, en primer lugar defenderé la idea de que a partir del siglo XXI, junto con el colapso del sistema de partidos previo, aparecen dos clivajes que tienen que ver con la política de la identidad: el étnico y el territorial. El primero, que hace del MAS el partido mas importante del espectro político boliviano dándole victorias contundentes en elas elecciones de 2005, 2009 y 2014 y, el segundo anclado sobre todo en el departamento de Santa Cruz en el mismo periodo y en Potosi desde el referendo de 2016.

En la segunda parte y en base a datos electorales y a una exhaustiva revisión hemerográfica se tratará de demostrar la existencia de un clivaje territorial en Potosí que, empero, no logra aparecer por la existencia de un determinante movimiento sindical minero que domina políticamente la región.

La importancia del tema de esta ponencia radica en que permite pensar en cómo las identidades regionalistas no desaparecen en países poco cohesionados en lo territorial, sino que ellos pueden ser claves para entender los virajes en las adhesiones y valores políticos.