La Estrategia Global europea y su Plan de Implementación son pasos adecuados y necesarios en la construcción de una Defensa europea pero, una vez más, es posible que no pasen de ahí, de avances retóricos que no acaben de calar en el ánimo de los ciudadanos europeos; en cambio, creemos, existen posibilidades de carácter humilde, lejos de la ampulosidad de un Ejército europeo, que podrían dotar, llegado el caso de su intervención, del necesario dramátismo a la idea como para hacerla cercana a esos ciudadanos.

Estamos pensando en la puesta en marcha de una Brigada multinacional europea, perfectamente orgánica, no mediante la cesión de unidades por parte de los países miembros, a disposición de la Secretaria general y con la supervisión del Parlamento europeo. Sus muertos, llegado el caso, serían muertos europeos que no tendrían por qué afectar a los calculos electorales de sus países de origen y sí harían que los ciudadanos europeos los sintiesen como propios, y así, también, a esa Brigada europea, germen de un futuro ejército.