A partir de 1916, la vida y el pensamiento político de José Ortega y Gasset muestran un cambio notable. Este se fragua en un contexto de crisis históricas entrelazadas en Occidente, en el que el filósofo comienza su madurez y deja atrás las ideas de juventud. Dos notas dan cuenta del complejo contexto. Por un lado, en Europa se vive trágicamente la Gran Guerra (1914-1918), y, por otro, en España, pese a su neutralidad, la crisis política nacional empieza a mostrar su cara más grave en torno a 1917. Por su parte, Ortega emprende su primer viaje a América, concretamente a Argentina, para dar unas conferencias sobre filosofía que tendrán bastante eco en el mundo hispano. El pensador reclama un necesario distanciamiento como espectador para enriquecer su práctica filosófica, a costa de alejarse del mundo de la acción política. Ahora, el filósofo se aleja de la política, sin ignorarla, y apuesta por un proyecto intelectual forjado en su intimidad. Las ideas y teorías del nuevo proyecto se muestran a modo de “peripecias y aventuras personales del autor” (Ortega, El Espectador I, 1916). La Liga de Educación Política Española (1913-1914) que inspiró y lideró en su juventud dejaba de tener sentido y continuidad. Así, Ortega daba un giro personal del meditador al espectador, y en este nuevo papel mostraba unas confesiones que perdurarán arraigadas en su pensamiento político. Esta ponencia analiza contextual y reflexivamente el discurso orteguiano sobre la democracia, el plebeyismo y el populismo en los primeros dos volúmenes de El Espectador (1916-1917), así como en otros escritos publicados hasta 1919. Para ello se toman como referencia los tomos II y III de las obras completas de Ortega, publicadas en la editorial Taurus (2004-2010). El análisis de los discursos seleccionados y el método histórico de las generaciones (Marías, 1949) son las dos herramientas para indagar en las ideas políticas orteguianas.