En momentos convulsos como los actuales, donde la ciudadanía no se siente identificada con los/as líderes políticos, ni partícipes de las acciones y decisiones de los partidos y/o de sus representantes. Donde la brecha entre la sociedad civil, la ciudadanía y la llamada clase política es cada vez mayor y la desafección política ha impregnado todas y cada una de las instituciones estatales, la necesidad de articular alternativas para ocupar espacios de representación dentro del sistema democrático no es ya una opción, sino la única herramienta para resolver las demandas ciudadanas. O, al menos, para dar espacio al planteamiento de los problemas de aquellos sectores que consideran que los partidos políticos y sus miembros no canalizan las mismas, la sociedad civil.

En este sentido, en los últimos meses han empezado a escucharse en los medios de comunicación y en las redes sociales, voces que no consideran a los partidos y, por ende, a los mecanismos de intermediación entre la ciudadanía y la representación política, como canales legítimos de expresión de sus intereses. Demandando liderazgos que sean capaces de responder a sus necesidades y líderes/as que articulen el cambio de vienen reclamando. Entre ellos, una de las que mayor eco está teniendo es la Plataforma de Afectados por los Desahucios y la persona que se ha convertido en su imagen pública, Ada Colau.

El objetivo de este trabajo es utilizar este caso para plantearnos algunas preguntas que puedan servir para analizar el presente y el futuro del funcionamiento nuestro sistema político y de la falta (si es que es así) de líderes que lo dirijan. Queremos utilizar los discursos de Ada Colau en distintos medios de comunicación para analizar la posibilidad de surgimiento desde la sociedad civil de líderes que articulen las nuevas demandas ciudadanas; para preguntarnos si los mismos podrían llegar a sustituir a los que utilizan los partidos políticos como vehículos de soporte de su liderazgo; si la variable género influye en la percepción de su actividad pública y de su configuración como nueva líder “pública”; si los discursos que han articulado su presencia pública pueden llegar a convertirse en la expresión política de nuevos liderazgos; entre otras cuestiones.