En Centroamérica se observa un preocupante deterioro democrático, deterioro que se manifiesta en el aumento del poder presidencial, la anulación de los mecanismos de control político y la instrumentalización de instituciones democráticas. La captura del poder judicial es una característica común en todos los casos, utilizándolo para consolidar el poder autocrático y maquillar acciones con apariencia legal. La ponencia se centra en el deterioro democrático vivido en El Salvador entre 2019 y la actualidad y en Guatemala entre 2015 y 2022. La ponencia pretende identificar los procesos de interacción entre poder ejecutivo y poder judicial en cada país poniendo de manifiesto las diferencias entre los dos casos, ya que en El Salvador el poder judicial históricamente ha contado con cierta independencia, mientras que en Guatemala ha estado más subordinado a la élite económica.