Las acciones de la extrema derecha son sistemáticas y responden a una estrategia que actúa en diferentes planos en el marco de lo denominado reacción patriarcal. Esto es, una estrategia de revolución conservadora que se despliega tanto en el ámbito propiamente jurídico, particularmente entorno al derecho al aborto, como en el mundo digital. Ambos lugares de enunciación, a pesar de considerarse lejanos, convergen en la lucha por la deslegitimación de los derecho conquistados y en lucha que tiene lugar en ellos.

En el plano jurídico, la desconstitucionalización del aborto en EE.UU. en 2022 se erige como un hito de la lucha iniciada hace cincuenta años en contra del feminismo radical, así como, de herramientas de políticas públicas como la perspectiva de género. En el ámbito digital, las páginas de la machosfera   exigen nuevos derechos, como el derecho al sexo, catalizado por un colectivo de personas autodenominado InCel que considera que, en tanto que seres humanos no deseables sexualmente, deberían tener políticas de inclusión e igualdad que se lo garantizara. Así mismo, la lucha por la emancipación económica de la mujer se subvierte en internet con la legitimación del uso del capital sexual y las relaciones transaccionales, en fenómenos tales como el sugar dating.

Partiendo de ambos espacios, este trabajo pretende mostrar la estrategia anti-feminista de la extrema derecha en cuanto colectivo organizado dirigida a la deslegitimación de la conquista de derechos a través de su deslegitimación y subversión de sentido en el plano jurídico y digital.