El objetivo principal de este trabajo es avanzar en la conceptualización de lo que Bruno Latour y Nikolaj Schultz (2022) entienden por clase geosocial en el Nuevo Régimen Climático. La clase geosocial se caracteriza por fundamentarse en las relaciones engendramiento, a diferencia de las clases productivas modernas que se basan en el sistema de producción que defiende el crecimiento ilimitado. Principalmente el conflicto entre ambas se da en torno al territorio, la primera defiende el territorio del que depende, que incluye la agencia de lo no humano conceptualizado en Gaia y materializado en las zonas críticas, mientras que las clases sociales reivindican el territorio que habitan, que es el propio de los Estados-nación. Las relaciones de engendramiento se caracterizan por defender de forma multidimensional el territorio del que dependen, no obstante, el problema en la actualidad es que no se ha configurado todavía un nuevo sentido de la historia alternativo al paradigma moderno del crecimiento ilimitado y tampoco se conoce con exactitud cómo es la agencia de Gaia, lo que dificulta la institución y organización política de la clase geosocial. Se propone que para avanzar en la definición de la clase geosocial desde la Teoría Política se debería atender a los procesos de subjetivación y las prácticas performativas. El argumento es que si los procesos de subjetivación se combinan con prácticas performativas a nivel cotidiano se lograría adquirir agenciamientos a nivel micro que permiten ejercer resistencia a la racionalidad moderna y la posibilidad de instituir vínculos políticos a un nivel mayor.