En 1994 Doreen Massey en su obra "Space, Place and Gender", fue la primera autora en cuestionar cómo los espacios públicos así como los usos que se hacen de estos se estructuran en torno al género. Esto supuso aceptar que las desigualdades entre mujeres y hombres también se daban en los lugares de uso cotidiano y que por tanto las formas de experimentar el espacio público  diferían en función del género de la persona que lo transitase. Años más tarde algunas autoras como es el caso de  Ana Falú, en “El derecho de las mujeres a la ciudad. Espacios públicos sin discriminaciones y violencias” (2014), han retomado las nociones de Massey para conectarlas a la idea del "derecho a la ciudad" de Henry Lefebvre “Le Droit à la Ville”  (1948) y David Harvey “Ciudades rebeldes, del derecho a la ciudad a la revolución urbana” (2012), de tal manera que este aparece como un derecho universal como bien apuntaba Harvey, pero que ha de ser interpelado por la perspectiva de género si realmente se quieren tener ciudades más democráticas, inclusivas y equitativas.

Esta investigación parte de los supuestos de Massey y del resto de autores citados así como de otras autoras provenientes de la geografía feminista y de la teoría urbana con perspectiva de género. En ella se trata de abordar el género desde un enfoque territorial en el que la escala local se configura como un espacio de uso cotidiano cuyo paisaje, infraestructuras, equipamiento y servicios perpetúan las desigualdades de género, pero también como un lugar cuya transformación más física – a través de distintas intervenciones en los espacios públicos urbanos- puede suponer una transformación social que modifique o mitigue dichas desigualdades y que haga de las ciudades lugares más inclusivos, seguros y equitativos.  

En definitiva, se trata de una investigación que estudia cuales han sido las intervenciones en los espacios públicos que habiendo hecho uso de la perspectiva de género han conseguido transformarlos. Entendiendo por transformación no sólo una reforma física del paisaje sino un cambio real y simbólico que haya modificado los usos, las formas de apropiación y ocupación que las mujeres hacían de estos espacios así como el imaginario colectivo entorno a los mismos. La investigación centra su estudio de caso en la ciudad de Montevideo, pues la demanda social por la recuperación de los espacios públicos y la demanda feminista por la igualdad en el acceso y la seguridad en los mismos, surgidas desde los colectivos y organizaciones de la sociedad civil, se unen en su institucionalización a través de una serie de políticas públicas de acondicionamiento urbano que incluyen de manera transversal el enfoque de género.