El poder de los ejecutivos locales se nutre de las capacidades que obtiene en el territorio que gobierna y también de la influencia que posee a nivel nacional. Un alto grado de poder implica que no hay una fuente de
contrapeso que pueda (o quiera) limitarlo, ni en su territorio, ni desde el nivel federal, con lo cual es muy susceptible a cometer arbitrariedades. En la medición del Índice de Poder de los/as Gobernadores/as (IPG) en México en el periodo 2000-2018, se observa una ligera tendencia al aumento de la concentración de poder. En este trabajo nos preguntamos ¿cómo ha evolucionado este indicador (IPG) en el gobierno del presidente Andres Manuel López Obrador? Es importante observar lo anterior ya que, por una lado, la presencia de un presidente fuerte puede implicar un mayor control informal de los ejecutivos locales con lo cual habría una disminución del poder de los ejecutivos locales. No obstante, por otro lado, el discurso de un presidente que fomenta algunos abusos y violaciones a derechos civiles puede propiciar que ello también suceda en el ámbito subnacional, generando con ello una mayor concentración de capacidades en los gobernadores/as.