A la luz de los datos disponibles, la inseguridad frente a las “nueva amenazas” (narcotráfico, crimen organizado, tráfico de armas,…) es uno de los problemas que más preocupa a los latinoamericanos. (Latinbarómetro, 2010).

A diferencia del regionalismo de los años noventa, esquemas regionales que aparecen a partir de 2004, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) – calificados por algunos expertos como “regionalismo posliberal” (J.A. Sanahuja, 2009; A. Serbin, 2010)- abordan más dimensiones de integración y/o cooperación, entre ellas las respuestas a los problemas de seguridad de la región.

Para Barry Buzan y Ole Waever (2003), el nivel regional es aquel que debe tomarse en consideración, primordialmente, en los análisis que pretendan explorar los asuntos relacionados con la seguridad internacional, por lo que la comunicación se centrará en examinar la relación entre regionalismo y seguridad en un contexto de creciente  regionalización - globalización.

Por lo tanto, esta comunicación pretende evaluar la respuesta que por el momento se esta dando desde este incipiente regionalismo “posliberal” y, además, comprender su incidencia en la actual estructura de seguridad. Así, además de atender a las políticas de seguridad adoptadas, se busca analizar estos cambios a la luz de la evolución de la estructura de seguridad suramericana y examinar hasta qué punto estas políticas responden a los problemas de inseguridad que amenazan a la ciudadanía de la región.