Entre 1977 y 1979 se abrió el mercado del juego de azar en España a los operadores privados, en realidad se abrieron tres mercados distintos: casinos, sujeto a un régimen de autorización administrativa; bingo y máquinas tragamonedas, sometidos en este caso a una minuciosa normativa respecto a características técnicas de los locales y equipos. Desde 2009 se está abriendo el mercado de apuestas deportivas, también sometido a la concesión de licencias por parte de las Administraciones autonómicas.

En estas décadas se ha construido un sector con un considerable peso económico, a partir del que han aparecido varias empresas multinacionales españolas. La gestión del negocio ha dicurrido en paralelo a la relaciones con las Administraciones que desarrolla cada empresa, dando lugar a un entramado de relaciones personales y políticas que ha condicionado el desarrollo de algunos de los grupos. La transferencia de las competencias del juego a las Comunidades ha dado lugar a relaciones entre algunos grupos empresariales con las élites políticas y administrativas de autonómicas.

El objetivo de la ponencia es describir estas relaciones y analizar el sorprendente desarrollo del sector, en el que el proceso de acumulación de capital no se produjo en el sector inicialmente previsto. El desarrollo de estos nuevos capitales atrajo la atención de círculos políticos dando lugar un entramado de relaciones complejo.