El plebiscito chileno para la aprobación o rechazo de la nueva propuesta constitucional del 4 de septiembre de 2022, fue un momento de fuertes emociones positivas y negativas y de aguda polarización social. Esta polarización quedó de manifiesto por las posiciones contrapuestas en asuntos de política pública, el alcance de los derechos ciudadanos y en los valores inmersos en la propuesta constitucional. La división se extendió a la esfera afectiva donde los chilenos manifestaron desagrado y desconfianza a los que sostenían una postura contraria a la propia en el referendum. Tanto los partidarios del apruebo como los del rechazo a la propuesta constitucional declaraban que los contrarios eran hipócritas, egoístas y de mente cerrada, y que no estaban dispuestos a socializar entre ellos. Asimismo diversas emociones que oscilaban desde la alegría y esperanza al enojo y el miedo de aprobarse la nueva carta constitucional.
En este artículo analizamos como diversas emociones positivas (Confianza, alegría, satisfacción y esperanza) y negativas (preocupación, frustración, miedo y enojo) acentúan o reducen la fuerte polarización afectiva de los chilenos durante el plebiscito. Usando una encuesta de panel, antes y después del plebiscito, analizamos la polarización afectiva de los chilenos y las emociones en el tiempo. Los resultados comprueban los efectos polarizadores de los plebiscitos mencionados en la literatura comparada, pero a diferencia de la polarización afectiva partidaria, la polarización afectiva plebiscitaria es de corto plazo. Además esperamos que las emociones negativas (sobre todo el enojo y el miedo) tengan un fuerte impacto en los grados de polarización afectiva de los votantes.