La utilización de la Inteligencia Artificial en el control de la migración en la Unión Europea (UE), marcada por enfoques de seguridad, dataficación y tecno-solucionismo, plantea riesgos significativos para el régimen de derechos humanos de la UE, especialmente en contextos de movilidad internacional, asilo y refugio. Estos desafíos son más preocupantes si cabe en el actual clima político, caracterizado por el auge de partidos de derecha y populistas, el incremento de prácticas violentas en las fronteras y políticas de repatriación forzosa, junto con una tendencia a la instrumentalización de la política migratoria que aumenta los riesgos para los migrantes intentando acceder a la Unión.

La opacidad en la gestión de la migración y el control tecnológico, exacerbada por estructuras multinivel y la influencia de corporaciones transnacionales, socava no solo los derechos de los migrantes sino también los fundamentos de la democracia liberal en la UE. Las aplicaciones de IA para control de fronteras y gestión migratoria, que hacen uso desde métodos biométricos avanzados hasta análisis de sentimientos en redes sociales, se benefician de esta opacidad y alimentan una tendencia preocupante en la gobernanza de la migración internacional.

Este trabajo aplica la teoría de la (in)securitización de Didier Bigo junto a diferentes propuestas sobre la observancia de los Derechos Humanos a la evaluación de proyectos de pronóstico migratorio financiados por la UE, como CRiTERIA, MIRROR o ITFLOWS. La participación de agencias de control fronterizo y la orientación de FRONTEX en estos proyectos resaltan la necesidad de una revisión crítica y transparente de las políticas migratorias y su impacto en los derechos humanos, subrayando la urgencia de abordar la securitización de la migración con un enfoque más humano y basado en derechos.