En los últimos años, el debilitamiento de los espacios socialización informal entre clases (tales como el barrio o la escuela pública) ha llamado la atención no solo de urbanistas y especialistas en educación sino también de científicos sociales interesados en el estudio de la cohesión e integración social.

Entre estos últimos, quienes estudian la creación del capital social y más específicamente, de la confianza social, señalan la importancia de tales espacios  en el desarrollo de aprendizajes prácticos, solidaridades y empatía.

Si bien, el declive de tales escenarios es un fenómeno visualizable a escala global, se ha destacado el rol que asumen el Estado y las políticas públicas  en la dinámica y evolución de estos espacios en los casos concretos.En vista a ello, nos interesa observar en qué medida el Estado y las política públicas, ya sea, por acción u omisión, intervienen y son  responsables del formato que asuman tales procesos.

Seleccionamos como eje de referencia el caso argentino, intentando desde allí extraer conclusiones y pistas que puedan servir a un análisis del fenómeno a nivel latinoamericano.