Las guerras de alta intensidad actuales, aunque se combatan en tierra, son en realidad guerras espaciales. La precisión de misiles, obuses y cohetes guiados por GPS, el guiado y control de muchos drones, las telecomunicaciones que permiten integrar la sensorización creciente del campo de batalla, el mando y control, etc, son posibles gracias a la infraestructura espacial y los satélites. Además, un número creciente de satélites con sensores están disponibles para observar el campo de batalla, contribuyendo a la reducción parcial de la niebla de guerra.

El uso del espacio, por lo tanto, es probablemente el centro de gravedad más importante en caso de una guerra entre grandes potencias. Pero negar el uso del espacio al enemigo y garantizar el uso espacial a las fuerzas propias requiere de estrategias y capacidades muy concretas que puedan mantener el control de la escalada mientras se degrada y destruye la infraestructura espacial adversaria. De no librarse la guerra espacial de manera muy calibrada rápidamente se genera un "síndrome de Kessler" en el que el uso espacio puede quedar dañado para todos los actores. Por ese motivo, la estrategia espacial encaja con las categorías y ontología de la estrategia nuclear, por lo que suele ser el marco analítico y el método de numerosos estudios.

En la ponencia es expondrán las escuelas de disuasión nuclear de control de escalada que suelen aplicarse a la estrategia espacial, así como las diferentes escuelas de estrategia espacial militar.

Además, junto a los aspecto militares, el espacio tiene un interés económico muy considerable, conformando un mercado potencialmente gigantesco. Controlar el mercado de servicios que puede proporcionar el espacio, la fabricación de cohetes, satélites, será un campo de importancia estratégica para las grandes potencias como en el pasado fueron las rutas marítimas y la construcción de astilleros. Los paralelismos entre la estrategia naval y la espacial son señalados por la escuela astropolítika de Dolman. La actual carrera por la Luna es un claro ejemplo de astropolítika.

Teniendo en cuenta este conjunto de aspectos militares y civiles se estudiará las perspectivas de estabilidad estratégica, tanto del primer ataque, de la crisis y de la carrera de armas, para dilucidar si facilitarán la cooperación o conflicto en el espacio entre las grandes potencias.