Las políticas públicas relacionadas con los bienes comunes se enmarcan dentro de políticas sectoriales (suelo, agua, tráfico, etc) o multisectorial, como podría ser las políticas de medio ambiente o de sostenibilidad. Los bienes comunes a pesar de su universalidad tiene un fuerte componente local en su gestión y, por lo tanto, son las entidades locales las que principalmente han desarrollado actuaciones en pro de su gestión y conservación. En un contexto eminentemente urbanizado como el de la Comunidad de Madrid, los bienes comunes se contemplan desde la ecología urbana como las unidades de provisión de los servicios ecosistémicas que son los que finalmente posibilitan el bienestar humano. La gestión local de los bienes comunes se contempla pues como las políticas locales de medio ambiente, en la medida en que éstas incluyen actuaciones en parques y jardines, residuos, contaminación, agua, etc. Con datos propios obtenidos en entrevistas a reponsables municipales de trece de los grandes municipios madrileños, se realizará un análisis sobre cómo estos ayuntamientos afrontan el reto de la sostenibilidad y, por ende, el de la gestión de los bienes comunes. Se encuentra una tendencia a hacer hincapié en los sectores derivados de las competencias administrativas pero sin incorporar en ellos criterios derivados de la ecología urbana que lleven a una mejor provisión de servicios ecosistémicos. Aún así, se muestran cambios dentro de las propias instituciones -como la cada vez mayor cercanía entre las áreas de urbanismo, medio ambiente y movilidad- así como con otras organizaciones, promoviendo el trabajo en red y supramunicipal, sobre todo en áreas como la contaminación atmósferica, el cambio climático o la gestión de cauces fluviales.