La tecnología es poder y las revoluciones industriales cambian la distribución internacional de ese poder e introducen cambios en las relaciones entre estados, empresas y ciudadanos. En la Cuarta Revolución Industrial China y Estados Unidos compiten en el dominio tecnológico que determinará quien será el líder geoeconómico del futuro, mientras la Unión Europea lucha por no quedar rezagada en la carrera.

Para ser una gran potencia será necesario tener soberanía tecnológica para dominar actividades de alto valor económico, atraer a los trabajadores más cualificados y evitar dependencias asimétricas desfavorables.  Estamos en un momento de incertidumbre y desorden por el surgimiento de populismos, proteccionismo, guerras comerciales, y tecno-nacionalismo. Es un momento de transición entre el viejo y el nuevo sistema que alumbrará una nueva sociedad industrial con renovadas o nuevas grandes potencias