Hacia un nuevo discurso de la nación en España: patriotismo de la diversidad e interculturalidad

Autor principal:
Mateo Ballester Rodríguez (Universidad Complutense de Madrid)
Programa:
Sesión 1
Día: miércoles, 20 de septiembre de 2017
Hora: 16:00 a 18:00
Lugar: Seminario 2.2.

El discurso de la nación en España a lo largo de la historia ha mostrado una acusada tendencia a expresarse desde postulados etnocéntricos, que definían a España y lo español a partir de elementos históricos culturales y lingüísticos fundamentalmente castellanos. Este discurso se afirmaba en sintonía con unas políticas de nacionalización que han intentado históricamente homogeneizar España en torno una cultura y una lengua común. Los nacionalismos sub-estatales se han desarrollado y elaborado su discurso en buena medida como reacción a lo que han percibido como proyectos de imposición cultural.

Aunque el sistema político establecido por la Constitución de 1978 muestra un alto grado de reconocimiento institucional de la diversidad étnico-nacional de España, pervive la reclamación de que tanto el Estado como el discurso público dominante siguen relegando en diversos ámbitos a las culturas y las lenguas de los nacionalismos sub-estatales.

Como una posible solución a esta situación, desde distintos ámbitos intelectuales y formaciones políticas (PSOE, PP, Ciudadanos) se ha defendido en los últimos años el Patriotismo Constitucional como el referente de una nueva identidad nacional española. Según esta fórmula el sentimiento nacional debería estar basado en un concepto amplio de ciudadanía; en la identificación con un sistema político que garantiza al individuo libertades y derechos fundamentales, y en particular la igualdad, con independencia de su adscripción étnica. La nación estaría así basada en un demos y no un ethnos, de forma que varios grupos étnicos podrían convivir y compartir un común sentimiento nacional.

La apelación al Patriotismo Constitucional ha recibido diversas críticas en España. Entre ellas, se ha afirmado que al no abordar la cuestión de la diversidad étnica, y suponer que la problemática relacionada con ésta queda solventada con una apelación genérica a la igualdad, el resultado será la pervivencia en diversos sentidos de la superioridad cultural de la cultura castellana sobre las demás. El principio de igualdad, además, resulta difícil de concretar en la práctica en relación con diversas problemáticas resultado de la diversidad cultural, particularmente en el plano lingüístico.

Se ha señalado asimismo que una identidad nacional basada exclusivamente en abstractos principios políticos no tiene la capacidad de generar poderosos vínculos emocionales, y que se requiere un sentimiento de compartir también unos elementos propios y únicos. Por último, y en relación con lo anterior, la relación que el Patriotismo Constitucional alienta entre los distintos grupos étnicos es sólo de aceptación, de tolerancia; permite la convivencia entre los distintos grupos culturales, pero no necesariamente la identificación y el acercamiento entre ellos.

Parece efectivamente necesario que el sentimiento nacional no se base sólo en principios abstractos y universales, sino en aspectos específicos del colectivo en concreto, que le individualizan y permiten un mayor grado de identificación; pero este marco propio puede definirse precisamente cómo la particular cultura común que ha resultado de las distintas culturas en convivencia en España, en el presente y en la historia.

Los conceptos de patriotismo de la diversidad y de interculturalidad, apenas usados en relación con el caso español, particularmente el segundo, ofrecen un mucho más útil y efectivo marco discursivo de la nación, que evitaría los problemas señalados en relación al Patriotismo Constitucional, y que daría mejor respuesta a la pretensión de crear un sentimiento de comunidad a partir de un sustrato de diversidad étnica.

En lugar de soslayar las referencias a la diversidad étnica, deberían fomentarse unas nuevas prácticas políticas y un nuevo discurso público que desde diferentes medios institucionales (educación, cultura, medios de comunicación) muestren no sólo reconocimiento sino aprecio por las distintas culturas e identidades étnicas y nacionales que existen históricamente en España, como elementos de una nueva identidad nacional englobadora. Algunos pasos se han dado en este sentido, pero hay un alto margen de profundización en el sentido de considerar la histórica diversidad cultural del país como un valor positivo, y como un factor de enriquecimiento mutuo. A partir de políticas activas se debería alentar y favorecer la asimilación de esa diversidad como algo propio por parte de los individuos de todo el país.

Esto no supondría una panacea que acabase con toda tensión nacionalista y reclamación secesionista, pero tendría sin duda un efecto cohesionador, al permitir que muchos individuos percibieran su identidad étnica o nacional específica como apreciada y valorada dentro de una identidad nacional común, con la que podrían más fácilmente identificarse.

Palabras clave: Identidad nacional, Interculturalidad, Patriotismo Constitucional, nacionalismo estatal, nacionalismo sub-estatal, diversidad étnica