El Plan Vega Renhace es un plan estratégico territorial que surge como respuesta del Gobierno Valenciano para la reparación de los daños ocasionados en la Vega Baja tras la DANA y las catastróficas inundaciones de septiembre de 2019. El objetivo del plan fue convertir la catástrofe en una ocasión para impulsar un entorno resiliente frente al cambio climático y conseguir la recuperación económica y social de la comarca con la participación de sus habitantes. 

El consenso fue uno de los pilares fundamentales del plan porque una iniciativa de estas características debía contar con el apoyo de todas las administraciones, pero también de todos los actores sociales y en particular la población de la comarca. La clave para la Generalitat era conseguir la participación de todos los agentes implicados en la elaboración de un plan que no fuera dictado desde arriba o desde ámbitos geográficos lejanos. Ciudadanos, técnicos, empresarios, agricultores, agentes sociales e instituciones debían ser sus impulsores por ser los mejores conocedores de la realidad del territorio. Con el objetivo de impulsar el consenso, se incorporó la participación ciudadana como herramienta de planificación fundamental para la identificación de problemas, el diseño de soluciones y la propuesta de las políticas públicas necesarias para la comarca. El plan de participación ciudadana se diseñó con una doble vertiente (bottom-up y top down) inspirada en la metodología de la Charrete en la que nadie ha dominado el proceso de toma de decisiones. La innovación del Plan Vega Renhace reside en que han sido los ciudadanos de la comarca, organizados en Grupos de Trabajo  y con el apoyo de expertos y de representantes de las administraciones municipales, los que han identificado y validado los problemas existentes en su comarca, proponiendo sus posibles soluciones que fueron seleccionadas y priorizadas para la formulación final del Plan