El desarrollo de una sociedad del conocimiento está supeditado en cierta medida a las posibilidades de acceso y uso que tenga la población a las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), especialmente las proporcionadas por la red Internet. La noción de ciudadanía va construyéndose cada vez más en relación con el uso de las TIC propias de este siglo. De este modo, el concepto clásico de ciudadanía referido por Marshall en relación con los derechos civiles, políticos y sociales se va ampliando con los derechos asociados al acceso y a la capacidad de uso de los contenidos y servicios digitales, y expresa la capacidad de pertenencia y participación de los individuos dentro de esta sociedad digital. Las brechas digitales constituyen la base de nuevas desigualdades sociales y la contrapartida a la inclusión digital; en último término, suponen un obstáculo para el desenvolvimiento de una ciudadanía digital. Ésta es muy dispar si tomamos las economías del mundo, más allá de las que se puedan observar entre las más desarrolladas y las que se encuentran en desarrollo, como se muestra en este trabajo sobre un análisis cluster a partir de diversos indicadores del ICT Development Index (IDI) de la ITU (International Telecomunication Union).