La colaboración público-privada  es uno de los aspectos más sobresalientes de las nuevas formas de gobernanaza. Bajo esta rúbrica se incluyen, sin embargo, asuntos de la más diversa índole que atraviesan las diferentes formas en que los actores públicos y privados interaccionan y colaboran para conseguir unos objetivos, que de otra manera no podrían lograr. La  incorporación del sector privado a las tareas públicas no es nueva pues cuenta con una larga tradición en ciertos sectores (obra pública). Lo característico de las nuevas modalidades de cooperación es la intensidad  y variedad que ha adquirido ya que alcanza a las tareas más típicamente públicas, desde la recaudación de impuestos a la seguridad, pasando por la administración de cárceles o la concepción y planeación de las políticas y las estrategias del Estado.

 El trabajo que se presenta explora una fórmula concreta de colaboración: la externalización. Denostada especialmente por funcionarios y sindicatos, que ven en ella una forma encubierta de privatización y de transferencia de rentas al sector privado, pero aceptada y empleada por los Gobiernos más dispares se pretende entrar en el debate en términos más precisos y analíticos, examinando las características de estas prácticas. Nos centraremos especialmente en tres cuestiones: las razones esgrimidas para externalizar, las condiciones técnicas que precisa la externalización y las consecuencias de la externalización. Pondremos en valor los resultados de este análisis aportando la experiencia internacional disponible  e intentando alcanzar alguna conclusión sobre las condiciones para hacerla viable y rentable para las administraciones públicas .