La Comunión Tradicionalista y el Partido Nacional Fascista, el Requeté y el Regio Esercito: la paramilitarización y la internacionalizión de la violencia como modernización política.
- Programa:
- Sesión 1, Sesión 1
Día: lunes, 22 de julio de 2024
Hora: 10:30 a 12:15
Lugar: PEDRO I (128)
Actualmente, los estudios transnacionales se encuentran en boga tanto por su novedad, como por su capacidad interpretativa. Esto es, si cabe, muy interesante en cuanto al análisis de influencias mutuas: en especial en lo referente a la difusión de corrientes y movimientos políticos. Si bien es fácil observar esto en lo referente a los movimientos políticos de la actualidad, lo es menos en lo referente a los del pasado, y más cuando hablamos de corrientes consideradas marginales. De hecho, podríamos afirmar que, durante mucho tiempo, la diferenciación entre aquellos movimientos de carácter transnacional, bien por estar presentes en varios países, o bien por que su influencia a superado la de los límites marcados por su propia nación, y los no transnacionales, ha sido utilizado para diferenciar los movimientos políticos modernos de aquellos más simples y maniqueos.
La expresión más simple, pero que muestra a su vez una mayor implicación en cuanto al establecimiento de redes transnacionales, es la intervención en los procesos de paz o de guerra. La colaboración en pos de, generalmente, unos supra objetivos mutuos. Así, si atendemos al ejemplo español, y en lo referente a la Guerra Civil, tanto el fascismo como las culturas políticas izquierdistas revolucionarias habían sido presentadas como las más adelantadas a partir de su transnacionalismo y la intervención de países con ideologías similares en favor de uno otro bando. En contrapartida, encontramos los movimientos políticos cuya influencia se reducía al espacio nacional, como los republicanismos moderados, lo que evidenciaría su debilidad o carácter artificial; o el tradicionalismo, lo que nos hablaría de su anacronismo y estancamiento.
Nuestro estudio busca, aprovechando el análisis de las relaciones internacionales y la colaboración en el esfuerzo bélico, mostrar que esta concepción de la cultura política carlista como un ente anacrónico es completamente errónea a la vez que desvelamos un elemento de la misma que nunca antes había sido estudiado. Todo ello se inserta en la visión de la cultura política carlista desarrollada a partir del proceso de renovación historiográfica encabezado por Jordi Canal. El carlismo, como movimiento capaz de articular una sociedad paralela a la oficial, fue una cultura política: una cultura política única por su larga duración derivada de su adaptabilidad y flexibilidad frente a los diferentes periodos históricos. De esta forma, en el periodo correspondiente a la Segunda República encontramos una cultura política capaz de desarrollar una red de centros políticos y sociales -círculos carlistas con sus correspondientes secciones-, de auxilio social -Socorro Blanco-, organismos de propaganda -diarios, empresas, celebraciones…-, integrar el activismo femenino a su esfuerzo de movilización con la constitución de las Margaritas… y de establecer relaciones internacionales con otros países, lo que ya venía precedido por la experiencia de la Internacional Blanca del s.XIX, estudiada en profundidad por la obra de Alexandre Dupont.
Mediante nuestra intervención buscaremos retratar la creación de redes internacionales en torno a la institucionalización y el ejercicio de la violencia reflejando los contactos entre la Comunión Tradicionalista y la Italia fascista. En 1934 una comisión integrada por Antonio Goicochea -Renovación Española-, Emilio Barrera -militar-, Rafael Olazábal y Antonio Lizarza -Comunión Tradicionalista- se entrevista con Mussolini en Roma. Es muy conocido que el Duce prometió la entrega de una serie de armas -10.000 fusiles, 10.000 granadas y 200 ametralladoras-. Pero, de cara a nuestro estudio, nos parece especialmente interesante mostrar como se estableció un programa de envió y formación periódica de oficiales carlistas en el ejército italiano con el objetivo de instruirlos en el ejercicio de la guerra para, a su vuelta, formar al grueso de la militancia paramilitar carlista.
Junto a esto, analizaremos las características del paramilitarismo requeté durante la Segunda República con el objetivo de diferenciarlo del paramilitarismo carlista del s. XIX. Todo ello, con el siguiente objetivo final: presentar un paramilitarismo carlista durante la Segunda República totalmente diferente al que ha sido representado de forma tradicional, correspondiente a una cultura política que se había modernizado a través de la toma de elementos provenientes de la cultura política fascista y que, en connivencia con esta, había establecido una auténtica red transnacional del ejercicio de la violencia.
Bibliografía
Archivio centrale dello stato de Roma (ACS), Segretaria particolare del Duce, carteggio riservato, busta 67, fascicolo 5, inserto B. Carpi. Comm. Ernesto.
Lizarza, Antonio (1953): Memorias de la conspiración: Cómo se preparó en Navarra la Cruzada, 1931-1936. Pamplona: Gómez.
Alcofar, José Luis (1972): CTV: los legionarios italianos en la Guerra Civil española (1936-1939). Barcelona: Dopessa.
Del Burgo, Jaime (1970): Conspiración y guerra civil. Barcelona: Alfaguara.
Palabras clave: Segunda República, Comunión Tradicionalista, cultura política, carlo-tradicionalismo, Requeté, paramilitar, fascismo, Regio Esercito, violencia política, internacionalización de la violencia, modernización política, fascistización.