La puesta en marcha de una estrategia coherente de de Contrainsurgencia (COIN)  es extremadamente complicada. El éxito en COIN va a depender de una serie de elementos entre los que se incluye el establecimiento de la legitimidad del gobierno de la nación anfitriona, el aislamiento de la insurgencia de la población civil, proveer de unos niveles básicos de seguridad y crear las condiciones adecuadas para el crecimiento económico. Para el desarrollo de la misma, se requiere a su vez de un fuerte componente humano y para cumplir con esta exigencia, se hace indispensable el fortalecimiento de unas fuerzas y cuerpos de seguridad autóctonas con las que la población local pueda más fácilmente identificarse. Sin embargo, a la complejidad que requiere la formación de una estructura de COIN adecuada, la dependencia y obligatoriedad de la última característica señalada hace que tal complejidad se vea incrementada y en muchos de los casos, socave los esfuerzos de la propia estrategia.  

El objetivo de esta comunicación es poner de relieve una serie de ideales y realidades entre los que se debaten continuamente la COIN, así como presentar una serie de medidas eficaces que permitan corregir y hacer frente a los problemas a los que se enfrente una estrategia siempre compleja.