El fútbol es entendido, para las ciencias sociales, como “una compleja formación cultural que proporciona distintos contextos para la producción y reproducción de roles e identidades, a través de las cuales se ve, se es y se está en el mundo, como resultado de una experiencia compartida e implicaciones asociadas a costumbres, intereses, deseos, estilos de vida y representaciones simbólicas comúnmente entendidas” (A. del Campo,2003), a partir de esta concepción, el fútbol es el espacio simbólico que comparten miles de personas que ocupan diferentes posiciones sociales en la estructura social, que abarcan diferentes ámbitos ideológicos, con un capital cultural y humano dispar; y no obstante, participan de una misma identidad colectiva, se identifican con una entidad deportiva. El ligamen de estas personas es posible, porqué está basado en los afectos, emociones o  sentimientos presentes en esa realidad social. Esta reflexión se centrará en ofrecer una explicación que se aproxime a comprender la construcción de la identidad colectiva hacia un club de futbol, empleando como herramienta analítica las investigaciones realizadas desde la sociología que estudia las relaciones entre la dimensión social y la dimensión emocional del ser humano, partiendo para ello del análisis que propone T.K.Kemper que relaciona los conceptos de poder y estatus, con cuatro emociones (depresión, vergüenza, culpa y miedo) y que interpretaríamos y demostraríamos en relación a la pasión, decepción, alegría y tristeza; emociones que se generan por encima de todo…en el fútbol.