La presente ponencia trata de abordar la cuestión de la "crisis de los refugiados" desde una mirada geopolítica, centrándose en el papel esencial que en el orden político y económico actual global juegan las movilidades y sus formas de intersección con otras escalas espaciales. Así, la movilidad se convierte en una cuestión de primer orden en la agenda de un proyecto regional como el de la Unión Europea y pasa a formar parte de realidades cotidianas de represión y resistencia, al materializarse en políticas que tienen por objeto cuerpos concretos y que marcan el transcurso de vidas silenciadas. 
Se plantea un análisis de las políticas migratorias europeas, haciendo especial hincapié en el tratamiento de la cuestión de los refugiados en el contexto de los conflictos de los últimos años en Oriente Medio observando cómo su desarrollo nacional se torna en narrativas individuales y silenciadas de exclusión. Veremos cómo los instrumentos políticos y jurídicos de la Unión han venido reforzando prácticas y discursos de seguridad y control que se proyectan sobre  cuerpos racializados y sexualizados. La "crisis de refugiados" ha acentuado la paradoja de la movilidad como factor clave en la construcción del proyecto político, económico y cultural de la UE (Díez, 2006): mientras que la movilidad se concibe como derecho básico de todo ciudadano de la Unión, es en este ámbito donde se producen el mayor número de violaciones de los derechos y libertades fundamentales en el marco de su política exterior. Esta realidad forma parte de un proceso de integración europea marcado por una constante labor de reconstrucción y resignificación de las fronteras europeas en torno a  la dicotomía dentro/fuera (Casas, Cobarrubias y Pickles, 2011).  
En esta línea, se analizarán las prácticas y discursos que han materializado la política migratoria y de refugio en los últimos años, atendiendo a las formas en que algunas violaciones sistemáticas de derechos humanos toman cuerpo, dando lugar a un conflicto político que abre la puerta a nuevos actores, debates y resistencias en el seno de la ciudadanía. Una cuestión de completa actualidad en un contexto en que la cuestión migratoria no es solo uno de los temas clave en la Unión, sino un aspecto esencial del marco más amplio de la globalización neoliberal, que choca con dos realidades: la de la movilidad, restringida a mercancías, capitales y los cuerpos que importan (Butler, 1993; Cabezas, 2013) y la inmovilidad de aquellos otros indeseados por el sistema (Hyndman, 2011; Dasgupta, 2014). La Unión Europea se convierte en el paradigma de procesos de integración y alianzas político económicas que han perseguido reforzar los sistemas de seguridad y control. La gestión de la "crisis migratoria" que encontró su punto álgido hace apenas un año ha supuesto la evidencia de unas políticas de asilo y refugio orientadas a evitar el cruce de un otro racializado y sexualizado. Estas políticas están abriendo nuevas líneas de tensión y fractura entre la ciudadanía, al tiempo en que ponen en tela de juicio algunos de los principios estructurales sobre los que se funda la Unión.