Si algo es evidente en Venezuela, es la multiplicidad de crisis con las que está plagado su devenir histórico. La gravedad y complejidad de éstas, impiden que su magnitud y sus consecuencias sean apreciadas en todo su alcance y rigor, por lo tanto es necesario enfrentarlas de manera global y evitar detenerse solo en algunos de sus aspectos.

El modelo populista y paternalista de gobierno fracasó en todos los sitios del planeta donde fue aplicado, nuestro país no fue una excepción.

La renta petrolera, base de los ingresos fiscales venezolanos, se vio seriamente afectada por la caída de los precios en el ámbito mundial, situación que dio al traste con una economía que carecía de un sustento real y que se mantenía fundamentalmente sobre la base de subsidios y medidas proteccionistas erogadas del gobierno nacional. El gasto público creció brutalmente y en la misma medida se elevó la marginalidad social. Los gobiernos populistas no fueron capaces, en los años de abundancia económica, de hacerle frente a las grandes necesidades sociales, ni de poner en práctica programas efectivos de servicios públicos, particularmente en lo referente a salud y educación, que respondiesen de manera satisfactoria a las crecientes necesidades de la población.

A todo esto se suma la galopante corrupción que ha hecho mella en todos los estratos de la vida pública y que ha permanecido impune, ya que no se ha logrado garantizar, por ahora, a través del Poder Judicial un mínimo de justicia y protección frente a los cada vez más graves delitos de peculado contra la cosa pública.

Esta investigación consiste en un diseño descriptivo exploratorio, que pretende examinar la realidad sociopolítica de la Venezuela de fines de siglo. Enfatizando en el modelo de desarrollo que se aplicó en la nación venezolana, a raíz de su metamorfosis económica, de país agrícola a petrolero (1920).

Por lo que, nuestro análisis pretende examinar algunos de los aspectos más resaltantes que a nuestro parecer, han sido determinantes en el desencadenamiento de las crisis en Venezuela en las últimas décadas del Siglo XX, con especial referencia a la de 1983.

Para ello hemos planteado la siguiente hipótesis de trabajo:

El discurso populista de los partidos políticos en Venezuela, a partir de 1973, ha generado en la sociedad civil un comportamiento social y político, caracterizado por la apatía y el facilismo. Y una vez roto el discurso ha traído como consecuencia, una crisis de legitimidad tanto en lo económico, como en lo político, social y cultural, cuyo punto de partida se ubica en 1983.