Con el inicio del Euromaidán, las relaciones energéticas entre Rusia y Ucrania se vieron necesariamente afectadas por un nuevo contexto donde ambos países entraron en una fase claramente bélica. Tal contexto presenta la mejor ocasión para considerar la hipótesis de la politización de las relaciones energéticas, un tema ampliamente discutido en la literatura dedicada a la energía en el espacio post-soviético. La pregunta guía para esta ponencia podría formularse de la siguiente manera: ¿se utilizó la energía como un arma de "guerra por otros medios" en un contexto de relaciones bélicas entre Rusia y Ucrania? Correlativamente, consideraremos si a pesar de tal contexto, los alicientes de utilizar la energía como un arma de retorsión se veían constreñidos por el marco contractual en el que se enmarcan las relaciones energéticas de ambos países. Para aportar una respuesta, se realizará un proceso de rastreo del periodo iniciado en 2014 para considerar los principales episodios de suspensión de suministro de gas natural por parte de Gazprom, relacionando cada uno de ellos con los principales puntos de inflexión de la guerra aún en curso entre Rusia y Ucrania y analizando los argumentos empleados por ambas partes para justificar revisiones de precio, retención de pagos y finalmente las suspensiones mismas de suministros. De esta manera podremos extraer valiosas conclusiones sobre el modo en que sus relaciones energéticas son construidas y el grado de (des)politización dependiendo de las circunstancias. Ello nos podrá aportar una orientación de cómo podrían evolucionar tales relaciones en el futuro próximo, especialmente si las relaciones diplomáticas se mantienen en la misma situación desde que la Federación Rusa decidiese invadir y anexionar la Península de Crimea y apoyar a las milicias separatistas de la región ucraniana del Donbás.