La idea del “umbral mínimo” como posible mecanismo de diálogo y acuerdo democrático. ¿Estabilidad, reforzamiento o debilitamiento del liberalismo político?
- Programa:
- Sesión 1, Sesión 1
Día: lunes, 22 de julio de 2024
Hora: 10:30 a 12:15
Lugar: ALFONSO X (48)
La idea ligada a la búsqueda de unas precondiciones mínimas o de unos requerimientos mínimos para que las personas, los individuos, los grupos o los colectivos puedan operar adecuadamente en entornos democráticos ha sido objeto de atención por una importante parte de la doctrina académica, especialmente por aquella interesada en cuestiones vinculadas con la justicia (social). Para expresar esta noción se ha usado una terminología y una conceptualización similares, tal y como muestran las expresiones de “mínimo vital”, “mínimo garante”, “mínimo de subsistencia” o “mínimo social”, aunque el contenido de cada una de ellas varía y puede ser más o menos extenso dependiendo de lo que se considere como elemental para cumplir con las expectativas y los objetivos que pretendan alcanzarse. Pese a ello, todas ellas apuntan, en mayor o menor medida, en la dirección de la necesidad de asegurar una cierta funcionalidad de las personas, es decir, un cierto grado de autonomía para poder desempeñarse adecuadamente.
Este enfoque de mínimos, que no es más que la determinación de un cierto umbral en el disfrute y el aseguramiento de una serie de condiciones políticas, materiales y jurídicas, ha estado ligado, durante mucho tiempo, con las propuestas teóricas del “suficientarianismo” y los debates acaecidos en torno a ella, entre las que ha tenido especial relevancia la aportación de Henry Frankfurt. La percepción de la existencia de un umbral mínimo que determine la situación o posición social en relación con la pobreza no es una reflexión propiamente contemporánea o actual, sino que ha estado presente, de forma directa o indirecta, en buena parte de la historia, pudiendo incluso rastrearse, como ha mostrado Perry Anderson, desde la Antigüedad clásica (hectáreas de tierra necesarias para poder cultivar y, por ende, sobrevivir, por ejemplo).
Ahora bien, para lo que aquí interesa, es, a partir del escenario de posguerra que trajo consigo un esquema democrático que acabó consolidándose a finales de los años ochenta, cuando el liberalismo político (y buena parte del socialismo), al menos normativa y mínimamente, apostó por una lucha contra la injusticia o la carencia, principalmente, a través de las retóricas de la teoría de las necesidades y del discurso de los derechos humanos, donde la pobreza global, como ha señalado Samuel Moyn, se convirtió en el mal a erradicar internacionalmente para incrementar el bien-estar de la población mundial. Es en este contexto donde florecen las diversas aportaciones teóricas contemporáneas vinculadas al enfoque de mínimos que llaman nuestra atención y sobre las cuales se va a organizar una vasta literatura en torno a las cuestiones de la pobreza, la desigualdad, la inclusión, la integración y, en algunas ocasiones, la ciudadanía.
Por ello, aquí se pretende la defensa de una sólida intuición acerca del enfoque de mínimos como una perspectiva fértil y realista a la hora de intentar dar respuesta y abordar las principales cuestiones sociales en un contexto de pluralismo político y cultural como el que permea a nuestras sociedades democráticas. Igualmente, aunque la cuestión de las garantías mínimas no es un asunto del todo pacífico por diversas razones, entre las que destacan la determinación del contenido y la fijación del nivel umbral, sí que tiene el potencial para sentar las bases para la exploración de un (posible) diálogo, discusión e, incluso, acuerdo político respecto de algunas cuestiones o materias que resultan de fundamental importancia para la organización, la garantía y la calidad democrática. Y ello se ve reforzado porque esta idea de provisión y aseguramiento de mínimos es aceptada unánimemente (aunque, eso sí, en diferentes grados y áreas vitales) en todas las corrientes ideológicas y políticas actuales que cuentan con algún grado de representatividad u operatividad (notable) en los diversos contextos democráticos, más allá de la retórica discursiva de cada cual.
En definitiva, a través del examen de algunas perspectivas teóricas conectadas con el suficientarianismo, las teorías de la justicia contemporáneas y las teorías críticas, se pretende acreditar el potencial de la idea de mínimos como eje sobre el que articular un posible consenso que pueda respetar, garantizar y promocionar una cierta convivencia realista, pluralista y democrática. Ello, a mi modo de ver, podría reforzar, en algún grado, el sistema institucional y la confianza en el mismo, así como un sentido de pertenencia social.
Palabras clave: umbral mínimo, democracia, liberalismo, igualdad, libertad.