Esta ponencia pretende reflexionar sobre el progresismo y la izquierda latinoamericana a partir del caso mexicano y, en específico, del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. De hecho, el proceso político abierto en 2018 con la elección del tabasqueño a la presidencia, autodenominado Cuarta Transformación, ha vuelto a poner sobre la mesa diferentes cuestiones prioritarias para el presente (y el futuro) tanto del progresismo como de la izquierda mexicana y latinoamericana.

Una de las temáticas más relevantes, que ha generado muchas controversias dentro de la izquierda institucional y extrainstitucional, es el extractivismo, aspecto central y crucial de las políticas de desarrollo de los gobiernos progresistas. En México, el gobierno de López Obrador ha dado especial importancia a los megaproyectos, ya que considerados un medio para impulsar el desarrollo en determinadas áreas del país (sobre todo el sur-sureste) y avanzar hacia la autosuficiencia en algunos sectores estratégicos, sobre todo el energético.

La centralidad asignada por el gobierno de la Cuarta Transformación a los megaproyectos no solo muestra cierta continuidad con un modelo de desarrollo basado en el extractivismo, sino que, como ya ocurrido en otros países, ha tensionado las relaciones con los movimientos sociopolíticos (sobre todo de matriz campesina e indígena), que ven en esto una amenaza a sus territorios y la prosecución del despojo neoliberal.

A raíz de esto, con esta ponencia se profundiza en las controversias generadas por tres de los megaproyectos prioritarios del gobierno de la Cuarta Transformación – Tren Maya, Corredor Transístmico y Proyecto Integral Morelos – a partir de la problematización de la consulta, principal herramienta participativa para aprobar o rechazar los megaproyectos, y de otros mecanismos implementados por el gobierno obradorista a lo largo del sexenio.

El objetivo principal es analizar si la consulta puede considerarse como una herramienta de participación ciudadana o, por el contrario, se ha instrumentalizado por parte del gobierno para imponer megaproyectos planeados anteriormente, desacreditar la oposición de los movimientos en resistencia y, al mismo tiempo, legitimar un entero proyecto de nación, identificado con la Cuarta Transformación.

Además, desde el controvertido tema del extractivismo, se pretende reflexionar sobre la situación del progresismo y la izquierda en México (y en América Latina), a partir de la idea que el gobierno de López Obrador – al principio del sexenio considerado como uno de los referentes del nuevo giro a la izquierda de la región - parece haber transitado hacia posiciones más centristas, aunque sin renunciar a su carácter progresista y desarrollista.

Teniendo en cuenta que en julio las elecciones presidenciales decretarán el futuro de la Cuarta Transformación, el debate crítico sobre el proyecto político en curso, su ideología y sus políticas, resulta de gran relevancia tanto para México, así como para el progresismo y la izquierda latinoamericana, en esta convulsa fase de avances y retrocesos.