La orientación sexual ha sido un factor poco relevante en los estudios de sociología electoral a la hora de explicar el comportamiento político y las actitudes electorales. Pese a ser un mecanismo esencial en la construcción identitaria de las personas no heterosexuales (gays, lesbianas, bisexuales y otras orientaciones sexuales, LGBA+), no ha habido un intento claro de incorporar dentro de los enfoques teóricos (y, muy concretamente, dentro de la teoría sociológica del voto, la que dedica un mayor énfasis en estudiar la posición social para explicar el comportamiento electoral y otras actitudes políticas) este factor ‘socio-demográfico’ que tiene importantes repercusiones en el imaginario político de este electorado.

Internacionalmente, algunos estudios de las últimas décadas ya han puesto de manifiesto, a través de estudios cuantitativos, la importancia de la orientación sexual como factor explicativo del comportamiento político y electoral, y muy especialmente, la identificación ideológica, la adhesión partidista y el voto. En ese sentido, las personas no heterosexuales están posicionadas a la izquierda del eje ideológico, se consideran más cercanas a partidos progresistas y más proclives a apoyar la redistribución económica o determinadas causas sociales que están sustentadas en el factor de la desigualdad (feminismo, ecologismo…).

Esta ponencia intenta ir algo más allá, poniendo estos estudios cuantitativos en contexto con enfoques más cualitativos. Para ello, se expondrán algunos de los resultados del proyecto de investigación “Identidades sexuales y comportamiento político. El efecto de la orientación sexual en ideología, partidismo y activismos (POL-LGTBI)”, el cual se encuentra en pleno proceso del trabajo de campo, en el cual se intentará ahondar en los factores contextuales, ideológicos y actitudinales para observar por qué la orientación sexual es clave para explicar a una mayor parte de la población. Las últimas encuestas del CIS exponen que el 20% de los menores de 35 años en España se consideran como “no heterosexuales”, lo que relata la importancia (para partidos, instituciones y gobiernos) del comportamiento político y electoral de las personas LGTBIQ+.