El estudio de los movimientos y/o la presión organizada "desde abajo" se ha venido explicando con perspectivas que entienden la movilización desde lógicas externas a la propia política del movimiento. A resultas de ello, el interés por los movimientos ha tendido a enfatizar en su impacto sobre la agenda a la par que a minimizar el resto de aspectos que configuran la que es una agencia política autónoma.

En este sentido, los estudios sobre la política contenciosa adeudan la necesidad de afirmarse en el reconocimiento del conflicto frente al neoinstitucionalismo. En los últimos tiempos, no obstante, y al hilo del propio desarrollo de la política del movimiento, se ha podido observar un creciente interés por la comprensión de la fenomenología del movimiento en su conjunto; desde la configuración de la agenda hasta la evaluación de las políticas.

En el ánimo por comprender la dinámica del movimiento desde una óptica en exceso centrada en el funcionamiento endógeno del régimen se ha confiado al estudio de los procesos de institucionalización la explicación de los procesos políticos en su conjunto. Estos, sin embargo y en consonancia con la aportación del programa de investigación de la política contenciosa, superan las visiones más restrictivas de lo institucional y adquieren una comprensión más amplia de la política del movimiento.

En el terreno de lo concreto, el proyecto de investigación CORAC nos hemos propuesto abordar las cuestiones apuntadas en el marco de análisis que nos brinda el estudio de la ciclicidad movimentista. Gracias a ésta podemos sistematizar aquellos aspectos que, de otro modo, permanecerían oscuros. Recurriendo al Protest Event Analysis hemos reconstruido empíricamente diversos ciclos que nos han permitido alcanzar conclusiones relevantes sobre la dinámica de la contienda y sus efectos, controlados y directos, sobre las políticas públicas.