En este trabajo nos platearemos analizar qué papel juegan las emociones y cómo se adapta el liderazgo a una nueva dinámica del escenario político marcado por éstas. Se ha venido afirmando que los electores votan a los candidatos que producen las emociones adecuadas, aquellos que saben manejar de manera efectiva los mensajes que generan sentimientos negativos y sentimientos positivos. Sin embargo no debemos perder de vista el rol del partido, ya que el líder no opera en el vacío. Así, es el partido el que debe definir unos principios emocionalmente convincentes y contar una historia coherente a la que pueda recurrir el candidato. En este trabajo analizaremos si los principales líderes políticos españoles despiertan las mismas emociones, y qué papel tiene el partido en ello; en el contexto que definieron las elecciones generales de 2016.