Irene Belmonte- Martín y Juana Aznar Márquez

Desde las últimas décadas, los países están experimentando un envejecimiento continuado de su población. Actualmente, en España, los mayores de 65 años superan el 20% de la población total, previendo que estas tasas se superen en los próximos años, lo que hace crecer la demanda de los servicios de cuidados a las personas mayores.

Ahora bien, las personas mayores además del acceso a su pensión, a los servicios sanitarios, a continuar aprendiendo (si lo desean), también necesitan ser cuidadas (al margen que sean categorizadas como dependientes o no). En nuestro modelo de bienestar mediterráneo o familiarista, las tareas de cuidados son parte del ámbito individual y no público del espacio político, por lo que tradicionalmente son asumidas por las familias, y por ende, por las mujeres. No obstante, las sociedades así como las estructuras familiares se han vuelto más complejas: desde hace ya algunas décadas, la incorporación de la mujer al mercado trabajo, a lo que se suma que en la actualidad las familias ya no viven siempre en el mismo sitio, y la movilidad en el trabajo. Por ello, ya no es solo una cuestión – como apuntan unos estudios – de justicia social con las mujeres cuidadoras, el estrés que padecen con su consiguiente repercusión en salud, las tensiones familiares sino también es que en muchos casos no es posible hacerlo.

Esta propuesta pretende analizar cuáles son las principales líneas programáticas y de acción de los partidos políticos españoles sobre las políticas públicas de cuidados desde una perspectiva de género. Para ello, hemos diseñado una serie de indicadores de la (des) feminización del trabajo de cuidados a partir del marco teórico de Greer et al (2021) y Bacchi (2009). La metodología abarca el análisis de los contenidos de los partidos políticos que se presentaron a las elecciones generales de 2023 y obtuvieron representación parlamentaria a partir del programa MAXQDA. En cuanto a los resultados esperados, se prevé unas diferencias del rol asignados a las mujeres en los espacios públicos - privados entre los partidos de derecha e izquierda, así como en la priorización de la problemática entre los partidos de ámbito estatal y los nacionalistas (PANES).