La profesionalización del equipo de asesores de comunicación y estrategia políticos exige de un escenario de cultura democrática muy desarrollada. Es el caso de países como Estados Unidos o Gran Bretaña. Todavía, a este nivel, y siempre atendiendo a las peculiaridades y a la idiosincrasia de cada país, de su sistema y de su sociedad, el caso español no se ha equiparado a referentes que lo son en este ámbito.  Pero al ritmo de la acelerada sociedad del entretenimiento, se está avanzando en la profesionalización de la política, no sólo a nivel de sus representantes institucionales, sino en el conjunto de la actividad política e institucional.

La conocida en países anglosajones como la industria del spinning empieza a eclosionar en nuestro entorno. La comunicación en la base estratégica de decisiones y de proyectos ya se asume transversalmente, también en el ámbito político, que centra la atención de este trabajo. El objetivo: marcar un marco de referencia teórico con una mirada no anglosajona sino ajustada a nuestra realidad más inmediata, fijando perfiles y roles clave en el ámbito de los equipos de comunicación y estrategia de partidos e instituciones públicas.

La agenda mediática condiciona de base la agenda política. La política se adapta al entorno de “democracia mediática”, cada vez más y de forma más eficaz, para invertir el proceso y arrastrar la agenda de los medios de comunicación. Para conseguirlo, la política “tradicional” no sirve. El amateurismo no funciona. El liderazgo de la vieja escuela es más que viejo, caduco, por ineficaz. Los equipos emergen. ¿Actores y funciones?