Desde los años 90, la UE está destinando, a través de distintos instrumentos, fondos específicos para la regeneración de los municipios y promoviendo con ellos un determinado enfoque para gestionar lo público, enfoque que se alinea con las teorías de la nueva gestión pública y la construcción de la capacidad institucional.

A su vez, las ciudades, en un contexto de “vacío político” en materia de política urbana, han debido tomar la iniciativa sobre si acceder a esos fondos y sobre cómo hacerlo, es decir, qué grado de compromiso adoptar en la asimilación del enfoque propuesto por los instrumentos de financiación.

Esta doble dinámica ha provocado un panorama muy diverso en torno a cómo las ciudades están asimilando los procesos de construcción de la capacidad institucional a partir de su participación en programas europeos de carácter urbano.

A partir de un cuestionario dirigido a personal municipal que ha tenido algún tipo de responsabilidad en la implementación del programa URBANA del marco presupuestario 2007-2013 en sus municipios, pretendemos arrojar un punto de luz sobre este panorama en desorden.