La elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de Norteamérica ha desatado un conjunto de críticas y cuestionamientos a nivel internacional con respecto a la gran popularidad alcanzada por este magnate en grandes capaz de la población estadounidense. Pese a no haber ganado el voto popular,  su fuerza fue suficiente para arrebatar estados clave, considerados demócratas seguros y de esta forma ungirse como presidente de esta potencia mundial.

Las explicaciones han sido varias y la polémica desatada ha generado un  conjunto de intentos de explicación por muchos y muy variados especialistas. Sin embargo, consideramos que hay un aspecto específico de la discusión que no ha sido tratada en el intento por comprender este fenómeno político de gran importancia y que marca un parte aguas en el sistema electoral estadounidense; este aspecto es el referente a la implicación del pensamiento mítico  en este fenómeno.

Nuestra hipótesis es la siguiente:

La narratividad que constituye la imagen de Donald Trump cristaliza al menos tres mitos políticos de gran importancia  que son el mito del eterno retorno, el mito de la raza (variante del pueblo elegido por Dios) y el mito del héroe (variante de El Salvador) los cuales  pueden verse reflejados en el discurso político de Donald Trump que motivo la activación del pensamiento mítico.