La literatura científica viene señalando la creciente importancia del antifeminismo y el rechazo a la “ideología de género” en la vertebración de los distintos discursos ultraderechistas, funcionando como aglutinante ideológico o “pegamento simbólico” de sus distintas manifestaciones políticas y sociales. Por otra parte, recientes estudios indican que cada vez existe una mayor “brecha ideológica” entre los chicos jóvenes, cada vez más conservadores, y las chicas jóvenes, cada vez más progresistas o liberales. Esta ponencia tratará de argumentar la actual tendencia conservadora y antifeminista de los jóvenes desde la hipótesis de una masculinidad hegemónica “agraviada” que funcionaría como soporte identitario del populismo de derecha y de nuevos movimientos virtuales misóginos y racistas.

Wendy Brown sostiene que el advenimiento de la racionalidad neoliberal y la globalización habrían generado, por un lado, una vulnerabilidad antropológica permanente que amenaza la identidad masculina y, por otro lado, una pérdida de soberanía de los Estados, incapaces de controlar la identidad nacional y los flujos transfronterizos de capitales y personas. Las políticas de identidad de derecha prometen restituir ambas pérdidas a través de un discurso que aseguraría la estabilidad socioeconómica del hombre blanco y la preservación de una esencializada identidad nacional. Al tiempo, señalarían los causantes de los “agravios” de la masculinidad hegemónica y de la nación: la inmigración, el multiculturalismo y el ecologismo, como promotores de la disolución nacional, y el feminismo y las políticas de identidad de izquierda, en tanto causantes de la invisibilización social del hombre occidental.

Las investigaciones sobre la masculinidad de Michael Kimmel sostienen que el "ideal de meritocracia" habría configurado la masculinidad hegemónica. Este ideal sería irrealizable bajo las nuevas condiciones sociales de la posmodernidad, caracterizadas por la precariedad, la desigualdad global y una mayor competición laboral tras la entrada al mercado laboral de la mujer y la recepción de inmigrantes. Esto habría provocado en muchos hombres un resentimiento que se habría dirigido primeramente contra las mujeres y el feminismo. La expansión de blogs, webs y foros de discusión sobre los “derechos masculinos agraviados” por las mujeres habría dado lugar a la denominada “manosfera” (manosphere), espacios masculinizados de internet donde abundarían discursos abiertamente misóginos. Autoras como Angela Nagle indican la sinergia positiva que existe entre la manosfera y subculturas virtuales de extrema derecha como la derecha alternativa (alt-right), que estarían emprendiendo una lucha “metapolítica” por la hegemonía cultural en internet, difundiendo discursos misóginos y supremacistas entre usuarios cada vez más jóvenes.