Pierre Rosanvallon es autor de una obra imponente que se ha elaborado ajustándose a una sólida metodología. De hecho, su “historia conceptual de lo político” se caracteriza por una marcada reflexividad, con arreglo a la cual la justificación metodológica y la indagación sobre el sentido y el alcance del encaje interdisciplinar han formado parte de la propia investigación. La historia conceptual de lo político, diferenciado éste de la política, establece decisivas diferencias con los enfoques y aportaciones de ámbitos disciplinares tales como la historia social, la sociología política, la teoría política normativa y la historia de las ideas. No obstante esas delimitaciones, la interacción con esos saberes pretende dar con modos y marcos de sentido a la persistencia de problemas irresueltos y de nociones esencialmente controvertidas en una sociedad hipercompleja y altamente individualizada.

Asimismo, Rosanvallon ha mantenido que el compromiso cívico es interno a la propia investigación de lo político y a sus trabajos académicos. Particularmente en sus últimas obras, en las que su teoría de la democracia asume una dimensión más abiertamente normativa, dicho compromiso tiene el cometido de discernir lúcidamente y hacer más comprensibles las dificultades, tendencias y aporías de las democracias contemporáneas, al tiempo que se plantea como una respuesta al descrédito de ciertas imágenes del intelectual mediático y que reniega de las adherencias utópicas no en menor medida que del derrotismo de los ideales democráticos. En vez de proyectar escenarios terminales y acabados, su objetivo es una y otra vez revalorizar la experiencia democrática y afirmar la repolitización de lo político, con la expectativa añadida de que los instrumentos de comprensión sean susceptibles de convertirse en instrumentos de acción.

En mi ponencia analizaré estos dos aspectos de las investigaciones de Rosanvallon y el alcance de su conexión.