En su investigación sobre partidos populistas de derecha radical en Europa (2007), Mudde dedica un capítulo a explorar el concepto de 'Männerparteien' (partidos masculinos). Este término se deriva de estudios previos realizados por Brück (2005) y Geden (2004), quienes conceptualizaron así la identificación de una brecha de género entre los votantes de los partidos de derecha radical (Givens, 2004). Estudios recientes han corroborado esta brecha de género en los votantes, como se observa en investigaciones de Weeks et al. (2023), y casos específicos como el de Raskova y Zankina en Bulgaria (2017). Sin embargo, los estudios comparativos revelan situaciones diversas según el país, siendo las diferencias más notables en Noruega, Austria, Bélgica y los Países Bajos, en contraste con Alemania, Italia, Luxemburgo, Finlandia y Francia, donde son más limitadas (Immerzeel, Coffé y Van der Lippe, 2015).

En su análisis, Mudde (2007) incorpora la perspectiva de género para examinar estos partidos políticos en Europa, resaltando características distintivas como el liderazgo masculinizado, un mayor respaldo electoral de hombres, una representación más elevada de hombres en sus grupos parlamentarios y un discurso contrario a las políticas de acción positiva.

Siguiendo esta estructura de análisis, se ha desarrollado una lista de indicadores para medir la brecha de género en los partidos de derecha radical en comparación con la media de los demás partidos políticos y, en particular, con respecto a otros partidos de derecha. La metodología empleada implica un análisis comparativo de las unidades subnacionales en España después de las elecciones de 2023, utilizando diversas fuentes como encuestas postelectorales, la estructura ejecutiva de los partidos, la composición de la cámara y el contenido de los programas electorales.

Los resultados revelan diferencias significativas no solo en comparación con la media de los partidos políticos, sino también en relación con otros partidos de derecha tanto en el electorado como en la representación y el posicionamiento. Surge la pregunta de si este fenómeno podría generar un efecto contagio en el futuro, como estrategia de competición partidista dentro del espectro de la derecha.