Una de las principales características que definen la actual contestación política árabe es su carácter endógeno, sin mediatización externa que la instrumentalice y la desacredite. Su propia emergencia espontánea y libre, sin ningún liderazgo ni partido político que pueda arrogarse la iniciativa ni la autoría, muestra el innovador protagonismo que han cobrado las sociedades civiles árabes. De hecho, las movilizaciones están integradas por diferentes clases sociales y distintas corrientes políticas, de donde deriva su amplia base social e índole interclasista; además de su pluralismo en el terreno político e ideológico. Sus demandas son principalmente políticas, aunque inicialmente el descontento económico actuara como catalizador de las protestas.