Este trabajo pretende reflexionar inicialmente sobre la dimensión social y cultural (que puedan contribuir a la mejora de la igualdad, equidad e inclusión social) de algunas de las aplicaciones, dispositivos e instalaciones introducidas a través de las Smart cities. La mayoría implementan utilidades (innovaciones tecnológicas) eficaces y consecuentes con la demandada necesidad de “hacer más con menos” en un momento de restricción económica (Smart Economy, Smart Mobility), pero no todas tienen entre sus objetivos principales, la consecución de una sociedad más inclusiva (especialmente en lo relacionado con la formación, los recursos humanos y las habilidades electrónicas) (Smart People); que entienda la gobernanza como un proceso cuyo factor transversal sea la toma de decisiones participativas (con diferentes actores en diferentes niveles) en el que el ciudadano ejerza su propio liderazgo (Smart Governance); y cuyo objetivo principal sea conseguir un elevado nivel de bienestar, a través de un estilo de vida sana y segura, en una ciudad culturalmente vibrante y socialmente cohesionada (Smart Living) (Smart Environment).

Asimismo, a través de este paper se pretenden analizar aspectos escasa e insuficientemente tratados, tales como: la brecha digital; la vulneración de la protección de datos en programas y herramientas utilizadas en la ciudad (paneles de control de los servicios y sistemas de suministro y abastecimiento; APPs móviles de gestión o de información ciudadana); aspectos de la E-Administración con la que se podrían vulnerar derechos fundamentales; la gestión de los open data o de la “wifi abierta”; los crecientes y diversificados sistemas de videovigilancia; la seguridad de las denominadas “infraestructuras críticas”, y un largo etcétera que pone en entredicho todas las bondades tecnológicas al servicio de la ciudadanía sin una buena gestión y control de las mismas.