En los últimos años la innovación docente se ha convertido en uno de los objetivos de la docencia universitaria. Bajo el argumento de adaptarse a nuevos entornos digitales y formas de adquisición de conocimiento, las universidades y agencias de acreditación fomentan que el profesorado aplique nuevas estrategias docentes que a menudo se desconocen o no están pensadas para el alumnado universitario. De tal manera, es frecuente que la “innovación docente” se confunda con prácticas docentes centradas en el trabajo autónomo sin dirección de los estudiantes o un excesivo uso de los recursos visuales en seminarios que, a fin de cuentas, no hacen más que incrementar la carga de trabajo para los alumnos, pero no sus conocimientos técnicos y especializados.

Aplicando una mirada crítica, este trabajo examina las respuestas de estudiantes del Grado en Ciencia Política y de la Administración (Grupos PA y PB, de segundo curso) y los Dobles Grados en Derecho y Ciencia Política (Grupo DP), y Sociología y Ciencia Política (Grupo PS), ambos de tercer curso, en las asignaturas “Cultura y Comportamiento Político” y “Actores Políticos” a una encuesta centrada en, primero, su opinión acerca de las experiencias pasadas de programas de innovación docente, segundo, el tipo ideal que debe inspirar la docencia por parte del profesorado y, tercero, el formato de seminarios y la evaluación contínua. Así, en el momento de responder la encuesta, los estudiantes tendrán la referencia de una asignatura ya cursada (Cultura y Comportamiento Político) y otra en curso (Actores Políticos). El objetivo de este paper es contribuir a la discusión crítica acerca del significado de la innovación docente en entornos universitarios, y cómo las exigencias institucionales puede estar afectando a la calidad y coherencia de la docencia, así como al uso fraudulento de estas “nuevas metodologías” por parte de algunos profesores.