La deliberación ante todo se presenta así como una forma cualificada de comunicación cuyas condiciones bajo las cuales opera permiten que las creencias, valores y preferencias de los ciudadanos puedan cambiar, y ser más racionales que las que gestaría cada individuo aisladamente permitiendo de este modo descubrir puntos en común como base para el acuerdo. El propósito de esta ponencia es mostrar que la deliberación tal y como resulta dibujada, sólo puede tener lugar en un contexto determinado en una comunidad específica de socialización de los individuos. Para ello se examinan las premisas de esta justificación epistémica de la democracia y por último se evidencia su carácter contrafáctico atendiendo a las capacidades cognitivas reales de los individuos y a los procesos de comunicación y las dinámicas de grupo. Las evidencias empíricas encontradas servirán para plantear algunas dudas que se plantean prima facie en relación con las capacidades del modelo deliberativo y en segundo lugar, la tensión evidenciada entre norma y praxis evidencia la necesidad de plantearse alternativas al consenso como elemento clave para la legitimidad de las decisiones políticas.

Palabras clave: deliberación, valor epistémico, ciudadanía deliberativa, racionalidad y consenso.