Los grupos y movimientos sociales desarrollan parte de su propuesta de cambio social en base a la construcción de una interpretación, un imaginario y un discurso alternativo. En este sentido, los colectivos feminizados del mundo de la pesca no han escapado a estas estrategias de movilización y legitimación de su acción en la búsqueda de dignificar sus oficios y visibilizar su situación. Una realidad caracterizada por la discriminación y la ausencia de reconocimiento en los planos cultural, social y político, así como por unas condiciones económicas y laborales desiguales y precarizadas.

Y es que estas mujeres, como parte fundamental de una pesca artesanal, han incidido en su vínculo con la sustentabilidad, el respeto al entorno local y el cuidado de la comunidad para reforzar su reivindicación de igualdad en todos los ámbitos. Es aquí donde su discurso se relaciona con la noción de sostenibilidad de la vida, pilar básico de la concepción de cuidadanía. En palabras de las autoras Carolina Junco, Amaia Pérez Orozco y Sira del Río, una propuesta que se basa en “poner la vida en el centro de la organización socioeconómica”. Aspecto que intenta acercar el concepto de ciudadanía a la realidad y cotidianeidad de las personas, así como pretende alejarse de la lógica del beneficio impuesta por el mercado en las sociedades capitalistas.

De esta manera, el análisis se centrará en la relación entre los marcos interpretativos y discursivos de los colectivos de mujeres de la pesca y un modelo alternativo de democracia basada en esta noción de sostenibilidad de la vida (con sus consecuentes cambios sociales, políticos y económicos). Una idea de democracia que dignifica, visibiliza e implica a todas las personas, superando las formas de opresión y discriminación hacia las mujeres y otros colectivos.