Sobre la importancia política de la televisión en el debate público se pueden añadir pocas cosas nuevas. No obstante, la irrupción de un nuevo entorno digital marca un terreno de juego de considerables dimensiones en el que las televisiones públicas como institución deben encontrar su nueva ubicación. A comienzos de 2010 se suprimía la publicidad de RTVE y en el segundo semestre del mismo año se ha instalado en la opinión pública el debate sobre la financiación de las televisiones autonómicas. Todos los partidos y grupos de comunicación son extraordinariamente sensibles a la posible privatización, total o parcial, de algunos de estos canales. Las radio-televisiones públicas (autonómicas) nacidas en la ya antigua televisión analógica han pasado a formar parte del debate político desde hace algunos meses y también lo estará en los próximos. Ante este cambio estructural las propuestas en la red de la televisiones públicas (autonómicas) remiten a una consideración previa: ni todas tienen la misma edad, ni los mismos recursos, ni han reaccionado de la misma forma ante el reto de internet. Nos encontramos con una serie de compañías públicas que comparten problemática con las televisiones públicas del resto de Europa. La redefinición política de las televisiones públicas, el impacto de internet, las redes sociales, o su adecuación institucional a un nuevo concepto de servicio público son asuntos de interés para este grupo de trabajo.