Túnez ha sido ampliamente reconocido como un paradigma de transición democrática en el contexto del mundo árabe. Sin embargo, en los últimos años, este proceso se ha visto afectado por una creciente desafección que ha impactado significativamente a una considerable proporción del electorado, en particular a los jóvenes, quienes han disminuido su participación en los procesos electorales. Esta tendencia ha puesto en tela de juicio la credibilidad del sistema democrático tunecino y la viabilidad de su transición hacia la consolidación democrática.

El aumento de la desafección política se evidencia a partir de al menos el año 2018, como lo demuestran los datos históricos proporcionados por Afrobarómetro (2015, 2018, 2020), así como por los resultados de las elecciones de 2018 y 2019. Esta insatisfacción se ha dirigido principalmente hacia las instituciones y los representantes políticos, manifestándose a través de una disminución en la participación electoral y una particularmente alta volatilidad parlamentaria en las elecciones legislativas de 2019 (69,6%). En este contexto, han surgido nuevos actores políticos, como el actual presidente Kaïs Saied, así como nuevos partidos populistas que abarcan todo el espectro ideológico (Qalb Tounes, Al-Karama, PDL), quienes buscan capitalizar el voto de este electorado desencantado. El caso de Saied fue particularmente interesante porque se apropió del discurso público contra las instituciones y los actores políticos para su elección y lo integró como su práctica política una vez electo.

A partir del 25 de julio de 2021, el presidente Saied inició una deriva autoritaria al asumir un control significativo sobre los mecanismos del sistema político y judicial, poniendo así fin al camino democrático iniciado por el país tras la caída del dictador Ben Ali en 2011.

Numerosos académicos se cuestionan la facilidad con la que se han desmantelado los logros democráticos alcanzados por Túnez tras la adopción de la Constitución de 2014, la cual contó con un amplio consenso entre los partidos políticos y la sociedad civil. Además, se reflexiona sobre la incapacidad de los partidos políticos y las rganizaciones, incluida la influyente Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT), para organizar una resistencia unificada frente a este proceso de erosión democrática.

El propósito de este artículo es analizar el mandato presidencial de Saied utilizando teorías sobre transición democrática y populismo como herramientas conceptuales para comprender tanto el proceso en curso como los posibles escenarios futuros.