El Foro de Madrid, auspiciado por el partido Vox dentro de su proyecto de Iberosfera, ofrece un claro ejemplo de cómo las relaciones internacionales de un partido de derecha radical están basadas, bajo una retórica de cooperación, en la prioridad absoluta del enfoque nacional. Dicho foro, fundado en octubre de 2020 a partir de la llamada Carta de Madrid, es una alianza de lideres y partidos mayoritariamente iberoamericanos, que afirman en sus encuentros una afinidad cultural e histórica, y comparten un agresivo rechazo a las izquierdas, así como en general la defensa del liberalismo económico y políticas autoritarias.

Aunque esta iniciativa se presenta como instrumento de cooperación en el plano internacional, su funcionamiento efectivo está lejos de coordinar algo más que un discurso meramente de reacción. Los objetivos buscados son fundamentalmente propagandísticos y de política interior, desde un prisma intensamente particular y nacionalista.

En primer lugar, Vox presenta en España por medio de esta iniciativa su programa y reivindicaciones como algo que, lejos de ser una particularidad, responde a una tendencia de alcance mundial. Vox muestra asimismo gran interés en publicitar su cercanía con figuras, partidos y movimientos que están o han estado en el poder, o tienen altas expectativas de triunfo electoral, para proyectar sobre sí mismo esa aura de éxito y gobernabilidad. La Iberosfera y el Foro de Madrid actúan también como instrumentos para proyectar una imagen de liderazgo internacional de cara a la población española; el desarrollo de una intensa política de alianzas en Latinoamérica se integra de hecho en su estrategia de competición con el Partido Popular en la construcción de redes de partidos en Latinoamérica. Por último, el proyecto de Iberosfera y el Foro de Madrid se insertan de lleno en las guerras culturales tan centrales en la estrategia política de Vox; en concreto, por medio de esta iniciativa se fomenta la confrontación con los discursos críticos con la experiencia colonial española, desde la defensa de un discurso alternativo que presenta la presencia histórica de España en Iberoamérica en términos exclusiva y altamente positivos.

Se considera que el caso analizado ilustra un patrón generalizado entre los partidos de derecha radical de priorizar una consideración primariamente nacional en toda su acción política.