El objeto de estudio de esta comunicación es la crítica feminista a las alternativas de la forma de gobierno más extendida a escala mundial en la actualidad: la democracia representativa. Más concretamente, de entre todas las alternativas que en el plano normativo se han desarrollado a la democracia representativa, me centro en la democracia participativa por ser una de las propuestas que más atención ha dedicado a la articulación de propuestas que tienen como fin la democratización de todos los aspectos de la vida. Así, algunas preguntas orbitarán sobre este objeto de estudio sobre el que la teoría política feminista comenzó a preguntarse explícitamente a partir de la década de 1980, ¿Qué lugar ocupa la existencia de un sistema sexo- género con dominante masculino para los planteamientos que buscar gobernar de forma participada?, ¿le ha prestado la suficiente atención la democracia participativa al contrato sexual?

Con el fin de analizar desde una perspectiva feminista las propuestas teóricas de los planteamientos de la democracia participativa, divido este artículo en tres partes principales. En un primer lugar, tras un breve recorrido histórico de los orígenes de la democracia y del rol de las mujeres en ésta, interrogo los discursos sobre los principios de los planteamientos de la profundización democrática a través del análisis de la propuesta de reforma institucional de uno de sus teóricos más reconocidos: Boaventura de Sousa Santos.

En segundo lugar, analizo algunos planteamientos de la democracia participativa que reproducen las dicotomías patriarcales a causa de una definición demasiado estrecha de la participación. En esta parte atenderé a una cuestión que sobrevuela a la práctica participativa: la contradicción que nos surge entre la noción de “participación de calidad”, más allá de las prácticas informativas que exigimos a las administraciones públicas y la flexibilidad que pedimos al concepto para que lo que se ha denominado "participación invisible" no sea considerada como tal.

En último lugar, propondré incorporar desde el inicio mismo del diagnóstico de crisis de/en la democracia representativa, hasta la formulación concreta de propuestas alternativas a la democracia representativa, una serie de preguntas feministas sin las que una alternativa  democrática no podría serlo. Propongo preguntar al modelo que surge de la incipiente reactualización del contrato social, por las consecuencias del contrato sexual.